domingo, 8 de mayo de 2016

Estar Enamorado de Dios

ESTAR ENAMORADO DE DIOS

Para empezar a hablarles sobre estar enamorados de Dios no quiero empezar  sin anunciar  lo que dice la palabra de Dios al respecto:
“Si uno Goza de Riquezas 
en este mundo y cierra su Corazón 
cuando ve a su hermano en apuros, Cómo puede 
permanecer en él el Amor de Dios?”. (I Juan 3:17)
Enamorarse es un estado emocional de alegría y felicidad que sentimos cuando nos encontramos fuertemente atraídos por otra persona, a la que idealizamos. En cada persona el enamoramiento surge por causas diferentes y específicas. Vemos en esa persona a un ser encantador que nos cautiva por una serie de cualidades que nos gustan y nos atraen, su manera de ser, comportarse, moverse, belleza, inteligencia, etc. Incluso a veces no encontramos una causa objetiva y concreta que justifique los sentimientos que experimentamos.
Cuando la persona enamorada es correspondida, siente un deseo irresistible de estar con la otra persona, de conocerla y de ahondar en su vida.

Estar enamorados de Dios es tener la convicción de que no hay Ser  en el mundo que sea más grande, más hermoso, más importante, más poderoso que Él a quien debas entregarle tu vida, tus días, tus horas, tus minutos, tus segundos absolutamente todo, porque sientes y sabes que todo lo que tienes te lo ha dado Él y sabes que nadie te ha amado más que él, ni te amará más que Él.

Estar enamorados de Dios es mirar el mundo y ver que a pesar de los problemas  y las dificultades de mi vida, a pesar de mis fallas,  Él esta conmigo y que no me deja porque lo ha prometido en su palabra: “yo estoy con ustedes todos los días hasta que se termine este mundo” Mt 28,20

Estar enamorados de Dios es darse no dar, es decir que no se trata de: “toma este regalo”, acepta esta limosna. Se trata de darse y todo desprendimiento es doloroso, si doy algo no sufro porque no hay desprendimiento. Pero si intento darle mi piel, antes de dársela tengo que desprenderme de ella. Y eso si duele, antes de darme tengo que desligarme de alguna adherencia, y ese desprenderme de algo vivo es morir un poco. Por consiguiente Enamorarse de Dios, amar a Dios  es morir  a mi cada día para que nazca él.

Estar enamorados de Dios es no pensar en el tiempo como mio, y justificar mi vida ante él diciendo que no tengo tiempo, porque el tiempo no es mio es de Él, y porque se tiene tiempo para lo que se quiere y yo lo quiero a Él. Es no resistirse en poner excusas para servirle, es simplemente ir donde él quiere que valla y servirle entregándole mi ser día tras día, es pensar en Él y dejar de pensar en mí, porque simplemente yo no soy nadie y Estoy segura de que Él si lo es Todo.

Estar enamorados de Dios es  dejarme iluminar por su palabra cada día, es tener una Sed que sabes que solo él es capaz de saciar, pero que extrañamente siempre quieres tener esa sed para que Él te sacie por los siglos, porque al  experimentarlo el mundo se detiene y los problemas no existen, porque no  hay plenitud más grande que estar en su presencia, sentir  su amor y su calor sobre cada rincón de ti, Es querer estar en  silencio y  soledad en  oración para que mi ser repose en Él, para que en mi mente y en mi corazón solo este Él. Es dejarme amar por Dios.

Estar enamorados de Dios es amarse uno mismo para amar a los demás, no en el sentido de cuidarme como si fuera una porcelana a la cual no quiero que le pase nada, sino de amarme como criatura de Dios, como portador de aliento inmortal, como templo del Espíritu Santo, valorarme y no dejarme corromper. Es ser Justo y esforzarme en hacer su voluntad.

Para Enamorarse de Dios solo hay que estar dispuestos, cuando en verdad este dispuesta(o), Él me tocará, y mi  corazón se abrirá a su gracia, mis ojos a su actuación en el mundo, no tendré miedo a ser rechazado por ser diferente y simplemente Él será para mi TODO, entonces ESTARÉ ENAMORADO(A) DE DIOS.
ESCRITO POR:
                        ZENAIDA PATLOWA PEÑALOZA GIL


No hay comentarios:

Publicar un comentario