ESTAR ENAMORADO DE DIOS
Para empezar a hablarles sobre estar
enamorados de Dios no quiero empezar sin
anunciar lo que dice la palabra de Dios
al respecto:
“Si uno Goza de Riquezas
en este mundo y cierra su Corazón
cuando ve a su hermano en apuros, Cómo puede
permanecer en él el Amor de Dios?”. (I Juan 3:17)
en este mundo y cierra su Corazón
cuando ve a su hermano en apuros, Cómo puede
permanecer en él el Amor de Dios?”. (I Juan 3:17)
Enamorarse es un
estado emocional de alegría y felicidad que sentimos cuando nos encontramos
fuertemente atraídos por otra persona, a la que idealizamos. En cada persona el
enamoramiento surge por causas diferentes y específicas. Vemos en esa persona a
un ser encantador que nos cautiva por una serie de cualidades que nos gustan y
nos atraen, su manera de ser, comportarse, moverse, belleza, inteligencia, etc.
Incluso a veces no encontramos una causa objetiva y concreta que justifique los
sentimientos que experimentamos.
Cuando la persona
enamorada es correspondida, siente un deseo irresistible de estar con la otra
persona, de conocerla y de ahondar en su vida.
Estar enamorados de Dios es tener la
convicción de que no hay Ser en el mundo
que sea más grande, más hermoso, más importante, más poderoso que Él a quien
debas entregarle tu vida, tus días, tus horas, tus minutos, tus segundos
absolutamente todo, porque sientes y sabes que todo lo que tienes te lo ha dado
Él y sabes que nadie te ha amado más que él, ni te amará más que Él.
Estar enamorados de Dios es mirar el mundo
y ver que a pesar de los problemas y las
dificultades de mi vida, a pesar de mis fallas, Él esta conmigo y que no me deja porque lo ha
prometido en su palabra: “yo estoy con ustedes todos los días hasta que se
termine este mundo” Mt 28,20
Estar enamorados de Dios es darse no dar,
es decir que no se trata de: “toma este regalo”, acepta esta
limosna. Se trata de darse y todo desprendimiento es doloroso, si doy algo no
sufro porque no hay desprendimiento. Pero si intento darle mi piel, antes de
dársela tengo que desprenderme de ella. Y eso si duele, antes de darme tengo
que desligarme de alguna adherencia, y ese desprenderme de algo vivo es morir
un poco. Por consiguiente Enamorarse de Dios, amar a Dios es morir
a mi cada día para que nazca él.
Estar enamorados de Dios es no pensar en
el tiempo como mio, y justificar mi vida ante él diciendo que no tengo tiempo,
porque el tiempo no es mio es de Él, y porque se tiene tiempo para lo que se
quiere y yo lo quiero a Él. Es no resistirse en poner excusas para servirle, es
simplemente ir donde él quiere que valla y servirle entregándole mi ser día
tras día, es pensar en Él y dejar de pensar en mí, porque simplemente yo no soy
nadie y Estoy segura de que Él si lo es Todo.
Estar enamorados de Dios es
dejarme iluminar por su palabra cada día, es
tener una Sed que sabes que solo él es capaz de saciar, pero que extrañamente
siempre quieres tener esa sed para que Él te sacie por los siglos, porque
al experimentarlo el mundo se detiene y
los problemas no existen, porque no hay
plenitud más grande que estar en su presencia, sentir su amor y su calor sobre cada rincón de ti,
Es querer estar en silencio y soledad en
oración para que mi ser repose en Él, para que en mi mente y en mi
corazón solo este Él. Es dejarme amar por Dios.
Estar enamorados de Dios es amarse uno
mismo para amar a los demás, no en el sentido de cuidarme como si fuera una
porcelana a la cual no quiero que le pase nada, sino de amarme como criatura de
Dios, como portador de aliento inmortal, como templo del Espíritu Santo,
valorarme y no dejarme corromper. Es ser Justo y esforzarme en hacer su
voluntad.
Para Enamorarse
de Dios solo hay que estar dispuestos, cuando en verdad este dispuesta(o), Él
me tocará, y mi corazón se abrirá a su
gracia, mis ojos a su actuación en el mundo, no tendré miedo a ser rechazado
por ser diferente y simplemente Él será para mi TODO, entonces ESTARÉ
ENAMORADO(A) DE DIOS.
ESCRITO POR:
ZENAIDA PATLOWA PEÑALOZA GIL
No hay comentarios:
Publicar un comentario